viernes, 6 de mayo de 2011

PROXIMO RIVAL TALLERES (TAFI VIEJO)

HISTORIA DEL CLUB ATLETICO TALLERES

En el siglo XIX, prohijada por la revolución industrial y sus efectos económicos, la fiebre de los ferrocarriles cruzó el Atlántico, señoreó en la pampa y continuó buscando el confín meridional de la Argentina. A su paso, en 1.882, nacía la estación ferroviaria Tafí Viejo, como presagio de las características que asumiría la población taficeña en gran parte del siglo XX. En los inicios del mismo, Tafí Viejo se gestaba como villa veraniega y sus pocos pobladores- residentes y veraneantes- reconocían ya en la estación ferroviaria un espacio de encuentro social al paso de los trenes.

Pero la economía agro-exportadora atrapaba el espacio argentino con sus cintas plateadas y, así como a su vera fueron formándose poblados, también emergieron talleres ferroviarios. La instalación de uno de ellos al otro lado de la vía- límite este de la Villa Mitre- y la creación de un pueblo cercano al complejo, se conjugarían en el destino del lugar elegido para pasar las temporadas de verano: la Villa Obrera no sólo identificaría el lugar de residencia de los trabajadores ferroviarios, fue el núcleo de Tafí Viejo como pueblo industrial.
En un ejercicio de imaginación histórica es posible reconstruir aspectos de la gran familia ferroviaria de Tafí Viejo en sus comienzos: las sirenas de los talleres regulando el ritmo de la vida laboral y cotidiana; hombres y mujeres de distintas lenguas preservando sus identidades pero, al mismo tiempo, procurando construir una identidad comunitaria y la institucionalización de espacios de sociabilidad pública en los cuales deslizar los sueños, la esperanza, el ocio, las habilidades, los deseos de crecimiento y realización personales. La realidad testimonia que aquella sociedad laboriosa y entusiasta encontró los tiempos y lugares para ordenar su sociabilidad: el 30 de octubre de 1.915, nacía el Club Atlético Talleres Central Norte, no sólo como“institución atlética de fútbol y otros juegos afines” sino abrazando también “ la cultura física e intelectual de los afiliados” y el 12 de febrero de 1.917 una biblioteca popular-Marco Avellaneda- se integraba al club como una sola entidad. El Pueblo Obrero concretaba sus aspiraciones y a la pasión inicial por el football y el basketball que fue retribuida con ascensos a primera división y trofeos por vicecampeones y campeones, se asociaban el juego de bochas y el cultivo de otras disciplinas deportivas: boxeo, tenis, atletismo, voley, ciclismo y, más tarde, natación. Además, la presencia femenina en el deporte, los bailes sociales, el teatro, el cine, la asistencia a la plaza, a la biblioteca, a las escuelas y el ámbito laboral compartido tejían relaciones de vecindad, amistad y parentesco. Un pueblo se configuraba al amparo de sus instituciones y por el brillo de sus talleres ferroviarios; pero también creció, cruzó las vías, transitó la vieja calle de la estación y edificó hasta desdibujar la omnipresencia de las casas-quinta. En el atractivo trazado de la villa veraniega se asentaron muchos pobladores de la Villa Obrera vinculándose a otros que llegaron por la presencia de los talleres ferroviarios
Pero el Club, más tempranamente había opacado el límite divisorio: el ímpetu deportivo y la sociabilidad iniciada en las primeras y precarias instalaciones de la Villa Obrera se expresaron también al otro lado de las vías. Esta expansión conjugaba el empuje de sus miembros y dirigentes y la decisión de las autoridades ferroviarias de sostener y hacer crecer a las instituciones que reconocía integradas por sus propios trabajadores. El apoyo económico y material de la administración ferroviaria se tradujo en la cesión de espacios aledaños a la estación para la construcción de canchas de tenis y basketball y para el establecimiento de la sede definitiva del Club Talleres en la Avenida Sáenz Peña, primera cuadra.
Iniciado en la Villa Obrera, la Villa Mitre presenció su fundación y crecimiento, avatares de una existencia que confirman la voluntad de continuidad y permanencia, de integración y pertenencia. La más antigua de las instituciones deportivas de Tafí Viejo es, entre estas, la más significativa en su vida colectiva porque nació y se desarrolló en el seno de la familia ferroviaria al amparo de sus talleres ferroviarios, acompañando la construcción de una sociedad con el encuentro en el deporte y la cultura física e intelectual bajo el ejemplo de figuras pioneras de elevada estatura humana, moral y deportiva. Los altibajos de los talleres ferroviarios – sostén más destacado del Club – no menguaron aquella capacidad de permanencia Atreverse a continuar por el camino abierto con tanto entusiasmo, fortaleza y dignidad son la deuda y el desafío de las nuevas generaciones de Tafí Viejo.

Estela Raquel Morales, licenciada en Historia.

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